miércoles, 31 de octubre de 2012

El monte serrano se desarrolla típicamente al sur del país. Considerando la superficie del país que cubre, es el segundo en extensión después del monte ribereño. Es un monte que se desarrolla en zonas pedregosas como cerros, sierras y asperezas.
La vegetación esta representada por especies relativamente altas en las faldas de los cerros. El canelón y el tembetarì pueden llegar a medir 8 metros de altura o mas, como ocurre al pie de las Sierras de las Animas.
En la parte alta de los cerros el monte es mas  achaparrado y pueden formarse matorrales de algunos arbustos muy decorativos como el romerillo, espina de cruz, lantanas. Los cerros mas altos no tienen arboles ni matorrales en sus cumbres, encontrándose en este caso especies herbáceas. Varias de las especies del monte serrano presentan espinas u hojas pequeñas, adaptaciones que evitan o minimizan la evaporación.
La especie dominante en los cerros es Scutia Boxifolia (coronilla), pero sus poblaciones han mermado debido a la accion humana, por ser una especie muy buscada para leña por su poder calorifico y brasa duradera. 
Estos bosques cumplen una función importante en la conservación de las cuencas hídricas ya que se ubican en las nacientes de casi todos los cursos de agua y al desarrollarse sobre terrenos con pendiente contribuyen a evitar la erosión. El monte serrano ha sido muy afectado por la producción leñera. Para consumir leña de monte, se talan las especies de buena calidad como coronilla, molle, guayabo. No son taladas especies de poca utilidad como combustible por ejemplo: canelón, ombú, o las que son difíciles de cortar. Estas acciones humanas inciden sustancialmente modificando la composición florística del monte.

viernes, 26 de octubre de 2012

Tipos de monte nativo en Uruguay.


El clima del Uruguay, con 1000 a 1500mm. de lluvias anuales y temperaturas templadas es apto para el desarrollo de una vegetación boscosa más importante. La escasa superficie cubierta por comunidades arbóreas se explica en buena medida por la existencia de períodos cortos pero graves de sequía, que afectan las plántulas de los árboles.
La regeneración del monte y de los palmares solo puede apreciarse en lugares no afectados por la ganadería o el cultivo. La existencia futura de estos palmares, así como del monte nativo, se encuentra amenazada por la destrucción de los ejemplares jóvenes por parte del ganado, que determina que los actuales palmares estén formados exclusivamente por palmeras muy viejas, muchas en decadencia ya que cuentan con más de 300 años.

Los montes ribereños se desarrollan en los márgenes de los cursos de agua. Se destacan los montes de Mandiyú en el río Cuareim, Rincón de Pérez en el río Queguay, el río Uruguay y sus islas, río Negro, Tacuarí, Yaguarí, Yaguarón y Tacuarembó, y en el río Cebollatí. Aquí predominan especies muy hidrófilas como el sauce criollo, sarandí blanco, negro y colorado, mataojo, blanquillo. Más alejado de la costa aparecen especies que tienen afinidad por suelos más secos como el coronilla, el arrayán, el tala, el canelón, el guayabo colorado, el chal-chal o la espina amarilla. En el curso medio del río Uruguay predominan especies como el timbó, el lapacho, el ingá, la espina corona, el ibirapitá, el arbusto ‘flor de cepillos’ o la caña tacuaruzú. Esta vegetación desapareció en gran medida luego de la construcción de la represa hidroeléctrica de Salto Grande.
Los montes de parque se desarrollan entre el monte ribereño y la pradera. En el litoral Oeste, de forma paralela al río Uruguay, por ejemplo, se encuentra el ‘algarrobal’ o monte espinoso del litoral, que presenta una vegetación de árboles de copa abierta, muy distanciados entre sí, donde predomina el ñandubay, algarrobo, espinillo, chañar, cina-cina, molle, espina corona, espina amarilla, quebracho blanco, la palmerita caranday y cactáceas.
Los montes de quebrada se encuentran en el valle del Lunarejo, Rivera; Gruta de los Helechos y Valle Edén en Tacuarembó; y en la Quebrada de los Cuervos. Las quebradas se forman por la erosión del agua en el paisaje, formando relieves húmedos que albergan una flora muy rica en especies arbóreas entre las que se destacan los laureles, el caa-obe-ti, el árbol del jabón, la aruera, el camboatá, la pitanga, el guabiyú o la yerba mate, y arbustos como el plumerillo rojo, claveles del aire y helechos.
Los montes serranos se desarrollan principalmente en las serranías de Maldonado, Lavalleja, Treinta y Tres, Cerro Largo, y en los mares de piedra como la ‘Sierra de Mahoma’ de San José. Aquí predomina el coronilla, el tala, el tembetarí, el tarumán, el molle, la espina de la cruz, el canelón, el mataojo, el arrayán, la envira, la chirca de monte y el romerillo.



El Guayabo del País (Acca selowiana) es un árbol nativo, originario de la región noreste del Uruguay y sur del Brasil. Es de fácil cultivo y da fruto a los pocos años.
El período de floración de esta especie se extiende desde octubre a mediados de noviembre, y dependiendo de los materiales y de la zona del país donde se ubique el cultivo. La fecha de cosecha va desde fines de febrero en el norte hasta mediados de mayo para plantas cultivadas en el sur del territorio.
Este fruto es relativamente grande, pulposo y de sabor agradable. Tiene un valor nutricional muy importante por su alto contenido en vitamina C y en yodo.
De la misma forma, la Pitanga (Eugenia uniflora), y los Arazá amarillos y rojos (Psidium littorale yPsidium catleianum) son especies que pertenecen al patrimonio autóctono nacional y son recursos naturales de alto valor y potencial productivo y nutritivo.  Su área geográfica natural y centro de distribución de este germoplasma comprende todo el territorio del Uruguay, la zona sur de Río Grande del Sur, en Brasil y el oriente de las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos, en Argentina.
 El cultivo de estas frutas solo tuvo un desarrollo doméstico en nuestro país aunque se realizaron algunas plantaciones comerciales que no tuvieron buenos resultados debido a la alta variación en las características de los árboles plantados y las frutas cosechadas, además de la falta de conocimientos en su manejo.
 En contrario a lo ocurrido en Uruguay, otros países como Chile, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Colombia, han llevado materiales genéticos de estas especies autóctonas, los mejoraron, y hoy comercializan estas frutas con gran éxito en Europa, logrando excelentes precios.